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El coleccionista colabora con el Museo Histórico Nacional y viajó a París en busca de conocimientos para mejorar la conservación de las armas del MHN
por Leire de Blas
Ricardo Hartmann trabajando con acervo del Museo en Casa Rivera. Foto: Martín Varela
Ricardo Hartmann, reconocido profesor de matemáticas y coordinador de la facultad de administración de la ORT por más de 30 años, colabora con el Museo Histórico Nacional en su colección de armas. Actualmente, el MHN cuenta con 184 armas diversas que se exhiben en varias sedes del museo o se conservan en su depósito.
Hartmann, un apasionado coleccionista privado de armas, ha dedicado gran parte de su vida a reunir una singular colección de 120 muestras que abarca desde 1800 hasta 1950. Con su formación académica en matemáticas e historia, Hartmann encontró en el MHN una oportunidad para ejercer su profesión relacionada con su formación en historia como egresado de esa carrera.
Fue hace poco menos de 10 años cuando Hartmann comenzó a interesarse por la colección de armas del MHN, cuando su esposa, Ariadna Islas, se desempeñaba como directora del museo.
A lo largo de la historia de nuestro museo han habido distintas administraciones y criterios de catalogación e inventariado, por lo que el coleccionista observó que las armas no estaban debidamente catalogadas o que muchas de ellas tenían una referencia muy genérica. Esto fue antes de que se iniciara, por parte de la dirección de Islas, el proceso de profesionalización del equipo técnico y la reformulación del museo para una concepción más moderna del mismo.
Fue después, con la llegada de la nueva dirección a cargo de Andrés Azpiroz, cuando Hartmann decidió actuar directamente y comenzar con el proceso de catalogación e inventario de la colección.
Colaboración entre el "Musée de l'Armée - Invalides" de París y el MHN
El pasado diciembre Hartmann se embarcó en un viaje a París, Francia, y aprovechó su estancia en la capital francesa para adquirir conocimientos sobre la conservación de armas.
Su destino fue el prestigioso Museo del Ejército ubicado en el complejo arquitectónico de Los Inválidos, que cuenta actualmente con una colección de 600.000 armas. Con la ayuda de una carta de presentación del MHN y otra del agregado cultural de la embajada francesa en el Uruguay, Hartmann tuvo la oportunidad de explorar en profundidad el museo y obtener información valiosa tanto para su labor en el MHN como para su colección privada.
Allí fue recibido por Emilie Robbe, responsable del Departamento Siglo XIX y Simbólico y José de Brito Ferreira, conservador y restaurador del Taller de Metales, quienes lo guiaron a través de su metodología de trabajo. Con detalle, le mostraron el material del que disponían, las herramientas y máquinas utilizadas y el funcionamiento general del taller. Hartmann, por su parte, pudo comprobar que el enfoque de conservación del museo parisino difiere de otros museos, ya que buscan dejar las armas en plenas condiciones de uso, sin mantener la pátina del tiempo. Esta filosofía contrasta con la de otros museos, que prefieren preservar el aspecto antiguo de las armas.
Durante su recorrido por Los Inválidos, Hartmann aprovechó la oportunidad para reunirse con Laure-Alice Viguier, jefa del Departamento de Colecciones y Reservas, y Ariane James-Sarazin, Directora Adjunta del museo.
Según Hartmann, las armas en general, no se conservan de manera óptima en el Uruguay. Cabe destacar que la conservación es especialmente delicada en Montevideo, debido a la humedad que afecta a la ciudad.
Hartmann durante un trabajo de registro de armas en la planta alta de Casa Rivera. Foto: Matías Bernaola
El MHN se enfrenta a un desafío importante: cómo almacenar adecuadamente las armas de su colección. Aunque una gran parte de las piezas están actualmente en exhibición en varias sedes del museo debido a la falta de espacio, tanto Hartmann como el equipo del museo están de acuerdo en que sería beneficioso reducir la cantidad en exposición y trasladar parte de la colección a un depósito. En realidad, el museo nunca tuvo la intención de mantener todas las armas expuestas, pero debido a las limitaciones de espacio, esta fue la única opción disponible en ese momento.
Hartmann ha llevado a cabo un arduo proceso de catalogación, sistematización y descripción detallada de cada una de las armas de la colección. Este proceso ha implicado fotografiar todas las armas, la toma de medidas de las piezas, especificar el lugar de fabricación, así como la descripción del material y otros detalles más minuciosos. En su labor, Hartmann también creó un sistema de registro adecuado a las particularidades con la cual trabaja.
Actualmente Hartmann continúa con su trabajo en el MHN y lo motiva la posibilidad de ampliar su colaboración para contribuir a otras colecciones del museo.
La colección privada de Ricardo Hartmann
Hace dos décadas, Ricardo Hartmann comenzó su colección de armas de manera casual cuando adquirió su primera pieza en un remate. Se trataba de un arma con el sistema de fuego Lefaucheux, patentado por el francés Casimir Lefaucheux y que se popularizó en el Río de la Plata entre 1840 y 1870.
Antes de este sistema, era necesario cargar la pólvora, presionar y colocar la bala antes de disparar. De hecho, las armas estaban diseñadas para ser empuñadas con la mano izquierda. Esto se debía a su complejo mecanismo y la capacidad limitada de disparar solo uno o dos tiros, por lo que se consideraban un complemento de la espada. No obstante, con este nuevo sistema la bala venía encamisada con una estructura de bronce que ya contenía la pólvora y el fulminante, lo que simplificó el uso de las armas.
Tras adquirir su primera Lefaucheux, Hartmann se dedicó a coleccionar armas durante varios años, aprendiendo a conservarlas y mantenerlas en óptimas condiciones. Conforme su colección crecía, surgió la necesidad de identificar y catalogar las piezas, por lo que creó un archivo que lo permitiera. Sin embargo, Hartmann enfatiza que lo que más disfruta de su colección no es tenerlas, sino exhibirlas.