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Valoración y Restauración
Retrato litográfico de Heraclio Claudio Fajardo
[George] Sulzmann (dibujo), Litografía Pelvilain (estampación)
Buenos Aires, 1862
Litografía sobre papel, 17 x 13,2 cm (óvalo)1
MHN 932
Entre las piezas custodiadas en el museo, algunas podrían calificarse a primera vista como “menores” si realizáramos una jerarquización en relación a su importancia histórica o artística. Sin embargo, todas encierran de una u otra forma un valor histórico-cultural, que se pone de manifiesto cuando centramos en ellas nuestra atención, y resaltan la necesidad de investigar sobre las mismas, considerando los objetos de museo como fuentes de información y conocimiento. A través de estas fuentes se pueden establecer redes relacionales con diversos aspectos relativos a sus materiales, técnicas de producción, función social que cumplieron en su momento, y con los campos culturales vinculados. Y a la vez, permiten describir los tratamientos que se da a las piezas para mejorar su estado y condiciones de conservación futura.
En esta oportunidad nos referiremos a un pequeño retrato oval del poeta Heraclio Fajardo, que ingresó al museo entre los objetos donados por Carlos Seijo2. El retrato está impreso sobre papel relativamente grueso, ocupando casi la totalidad de la superficie del óvalo que lo contiene, sin detalles de fondo, apenas un sombreado.
Dos ejemplares del mismo retrato de Fajardo, el conservado en la Biblioteca Nacional (izquierda) y en el Museo Histórico Nacional (derecha)
Hacia el borde inferior izquierdo figura el nombre del dibujante “[George] Sulzmann, Octe. 1862” y hacia el borde inferior derecho el del establecimiento donde se estampó “Lit. [Jules] Pelvilain B. Aires”. Debajo la reproducción del autógrafo del poeta “Heraclio C. Fajardo”. Se trata de un retrato realizado por este dibujante y pintor alemán establecido en Buenos Aires, y autor, entre otros, de los retratos litográficos de Justo José de Urquiza, Bartolomé Mitre y Matilde Duclós. Como era habitual entre los artistas de ese momento, viajaba regularmente a otros puntos de la región para darse a conocer e incrementar los encargos de obras. En 1861 Sulzmann estuvo en Montevideo:
Aviso importante-Primer establecimiento fopográfico [sic] de Buenos Ayres de Aldonondo y Sulzmann.-El Señor Sulzmann pintor de retratos y socio de dicho establecimiento tiene el honor de avisar al respetable público de Montevideo su llegada y permanencia de pocos días, encargándose de reproducir cualquier retrato, tan pequeño que sea su tamaño al tamaño natural, pintado sin igual perfección, dándole los índices más necesarios de las personas fallecidas ó invisibles, responderá la más perfecta semejanza y conclusión.
El mismo recomienda tales reproducciones al lápiz imitando el grabado único en esta especialidad con la mayor garantía3.
La Litografía de Jules Pelvilain fue un importante establecimiento que se especializó en la estampación artística. Entre otras obras publicó el denominado Álbum Pallière Escenas americanas. Reproducción de cuadros, acuarelas y bosquejos, 52 litografías que se publicaron entre mayo de 1864 y junio de 1865 a partir de los dibujos de Jean Léon Pallière. Pelvilain está considerada entre las principales casas de estampación de dicha ciudad por la calidad de sus obras.
La fecha que figura en la estampa es significativa, y podría indicar el motivo de la publicación del retrato de Fajardo, ya que fue puesto a la venta el mismo año que su libro de poesías, Arenas del Uruguay. Estos pequeños retratos, a veces colocados en la portada o en las páginas interiores de los libros, permitían al público asociar la obra con la personalidad de su autor, y en el marco de la sensibilidad decimonónica percibir en los rasgos faciales la emotividad o el genio artístico del creador, constituyendo una práctica habitual durante el siglo XIX. Refiriéndose a los retratos de Fajardo, escribió José María Fernández Saldaña:
“Arenas del Uruguay” constituye una compilación costeada merced a una previa suscripción de ejemplares y va ilustrada con un retrato litográfico de Federico Artigue, impresa en las oficinas de “La Tribuna” de Buenos Aires en 1862. El retrato es inferior a otro que Pelvilain publicó en octubre del mismo año, grabado de Sulzmann, que puede competir con las mejores litografías rioplatenses de la época5.
La ilustración de Artigue no se encuentra en todos los ejemplares del libro, algo que fue corriente en el siglo XIX, cuando se realizaban distintas impresiones de una misma obra, incluso por la misma imprenta, pero con carátulas distintas y con ilustraciones o sin ellas, a distinto costo para diversos poderes adquisitivos6.
Heraclio Fajardo
Heraclio Claudio Fajardo nació en San Carlos, Maldonado, en 1833 y murió en Chivilcoy, Provincia de Buenos Aires, en 1868. Publicó sus primeras obras en la prensa montevideana, tras el regreso de su familia del Brasil, al finalizar la “Guerra Grande”. Participó desde muy joven en la redacción de distintos periódicos y diarios, El Pueblo, El Eco de la Juventud Oriental y El Nacional. Por filiación colorada, viviendo en Buenos Aires, integró el Comité Revolucionario de apoyo a Venancio Flores en 1863, cuando inició la revolución, pero al triunfar en 1865 y establecerse el Gobierno Provisorio, desconforme, Fajardo emigró nuevamente a Buenos Aires, donde estableció una pulpería en Chivilcoy. Fue autor de dramas como Camila O´Gorman, drama histórico en seis cuadros y en verso, publicado en Buenos Aires en 1856 por la Imprenta Americana, sobre la fuga de Camila con el sacerdote Uladislao Gutiérrez, su captura por orden de Rosas y su ejecución; Montevideo bajo el azote epidémico, Montevideo, Librería Nueva-Imprenta de Rosete, 1857, donde describe la irrupción de la epidemia de fiebre amarilla de ese año y sus repercusiones: muertes, salida de la ciudad de quienes contaban con posibilidades de hacerlo, el accionar del Hospital de Caridad, de los religiosos, de la masonería, de la Junta Económico Administrativa, la muerte de médicos destacados, etc. Se encuentra aquí el relato de un episodio trágico que conmocionó a los montevideanos, bajo el título “Los mártires del egoísmo”, donde se relata el abandono y muerte de dos hijos enfermos de fiebre por su padre, un hombre rico, quien los hizo alojar en el Hospital, destinado a personas de menos recursos, desatendiendo sus deberes.
Portadas de tres primeras ediciones de las obras de Heraclio Fajardo
También escribió La cruz de azabache-Fe, Buenos Aires, Librería de la Victoria, 1860. Esta obra constituiría una trilogía, acompañando a ésta, El áncora de oro-Esperanza y El corazón de coral-Caridad, en alusión a las tres virtudes teologales. Su obra más reconocida es Arenas del Uruguay, compilación de poesías, publicadas en Buenos Aires en 1862, y que motivó los retratos litográficos del poeta, pero también generó la publicación en Montevideo de un folleto satírico titulado El azote literario, folleto crítico-burlesco de las Arenas del Uruguay, Montevideo, Librería Nueva, 1863, cuyo autor fue Isaac de Tezanos, bajo el seudónimo “El Demócrata”7.
Estado de conservación de la pieza
El retrato y su paquete de enmarcado –marco, vidrio, passepartout, cartón soporte, cartón de fondo y forro posterior, se encontraban en relativo mal estado de conservación. El marco dorado, debido al corte de madera seleccionado al momento de su confección presenta un leve alabeado y la base para la terminación con oro fino ha tenido algunos desprendimientos, pérdidas y desgaste del pan de oro. Por el dorso lleva cuatro maderas como refuerzo que por el borde exterior siguen la forma del óvalo, pero por la interior delimitan un espacio rectangular destinado a contener el vidrio, el passepartout y el fondo. La madera inferior se había perdido, y se la había sustituido con una pieza de cartón. Todos los cartones y papeles presentaban un elevado nivel de acidez que perjudicaba al retrato, que había sido pegado al cartón de fondo con cola de origen animal, también ácida. El resultado, a lo que contribuyó además la exposición a la luz, fue el amarilleo y manchado del papel.
El papel soporte presenta dos roturas desde los bordes hacia el centro de la estampa, una pequeña a la izquierda y otra de mayor extensión a la derecha, las cuales habían sido disimuladas con pintura, témpera o acuarela.
La intervención se decidió con el fin de mejorar las condiciones de la pieza en su totalidad y sus perspectivas de conservación, siempre considerando la menor intervención necesaria.
Tras la documentación fotográfica correspondiente se procedió a abrir el paquete de enmarcado y separar sus distintos componentes, con el fin de determinar cómo actuar con cada uno de ellos:
El papel de forro del dorso se eliminó mediante humectación y espátula. Se conservó la sección impresa con la fecha de la donación y se copiaron los datos de la etiqueta de identificación del museo en una nueva. Se preparó un nuevo fondo en material más adecuado.
Se decidió separar la estampa del cartón con el fin de aislarla de este último material y eliminar también la cola de origen animal, perjudiciales para su conservación. La separación se llevó a cabo por inmersión del cartón con la pieza de papel pegada en una batea con agua. Una vez se aflojó el adhesivo se pudo desprender la estampa mediante espátula. Luego se eliminaron con bisturí los restos de adhesivo que permanecían por el dorso.
El paso siguiente consistió en lavar nuevamente el papel para eliminar la acidez y las manchas, obteniéndose un buen resultado. La lámina se secó entre papeles secantes con peso encima y una vez seca se colocó sobre una pieza de papel libre de ácido. Se conservó el passepartout original pero se lo aisló de la estampa mediante otra pieza de papel libre de ácido.
El paquete de enmarcado se modificó, sustituyendo algunos materiales, cambiando los sistemas de sujeción e interponiendo otros, adecuados a la conservación futura de la pieza.
El marco se limpió primero con pincel suave en seco y luego con algodones humedecidos con agua, teniendo cuidado de no eliminar el bol de armenia que el desgaste de la cubierta de pan de oro había dejado expuesto. Se eliminó el cartón con que se había sustituido la pieza de madera perdida y se confeccionó una pieza nueva de madera, completándose la capa de estuco en el borde.
Luego se rellenaron fisuras y se retocó el dorado lo mínimo imprescindible, también la cartela con los datos de la obra, que se encontraba erosionada.
Para armar el cuadro se acoplaron por el dorso cuatro pequeños listones de madera tornillados, porque los materiales separadores incorporados engrosaron el paquete de enmarcado. Además, el alabeado del óvalo de madera dejaba en falso el vidrio, que no apoya completamente en la madera, para lo cual se interpusieron esquineros de material acolchonado entre el vidrio y la madera para afirmarlo.
Finalmente se volvió a armar el cuadro para ser guardado en depósito.
Texto y fotos: Lic. Ernesto Beretta García
Taller de investigación, conservación y restauración, Casa de Ximénez, MHN
1 Con seguridad el papel soporte del retrato fue recortado para adaptarlo a los requerimientos del enmarcado. En la Biblioteca Nacional se conserva un ejemplar de esta litografía: http://bibliotecadigital.bibna.gub.uy:8080/jspui/handle/123456789/69205
En dicho ejemplar el retrato está desplazado en la página hacia la izquierda del observador, y se encuentra dentro de un óvalo de color muy tenue, que fue el patrón de línea que se siguió para recortar el retrato conservado en el museo.
2 Museo Histórico Nacional, Departamento de Antecedentes e Inventarios, carpeta Nº 932, "Pequeño cuadro en forma oval conteniendo una litografía del poeta Heraclio Fajardo, que lleva su firma impresa, trabajo realizado por la Lit. Pelvilain. B Aires, dibujo de Sulzmann, Oct 1862". Donación 1941.
Carlos Seijo (Montevideo, 1862-1956) fue un coleccionista, investigador en historia local y arqueología de la región este del país, dibujante y pintor. Entre sus obras pueden citarse Apuntes sobre San Carlos y su iglesia colonial, Montevideo, El Siglo Ilustrado, 1929 y Maldonado y su región, Montevideo, El Siglo Ilustrado, 1945. Horacio Arredondo publicó su perfil biográfico, Carlos Seijo, su medio y su obra, Apartado de la Revista de la Sociedad “Amigos de la Arqueología”, Montevideo, 1958. Seijo, además, donó al Museo Histórico Nacional importantes piezas de arqueología prehistórica –restos óseos, cerámicas-, junto con los dibujos y apuntes que tomó de ellas.
3 Diario La Prensa Oriental, Montevideo, 16 de mayo de 1861.
4 Datos sobre Pallière en Beretta García, Ernesto, “La puerta de la ciudadela por Jean Leon Pallière” http://www.museohistorico.gub.uy/innovaportal/v/71138/33/mecweb/la-puerta-de-la-ciudadela-por-jean-leon-pallire?search=yes
5 José María Fernández Saldaña, Diccionario uruguayo de biografías, 1810-1940, Montevideo, Adolfo Linardi, Librería Anticuaria Americana, 1945, entrada Fajardo, Heraclio Claudio, pp. 457-459, cita en la p. 459. También Carlos Seijo, Carolinos ilustres, patriotas y beneméritos, Montevideo, El Siglo Ilustrado, 1936, entradas “Carlos A. Fajardo”, p. 122 y Heraclio C. Fajardo, p. 125.
Federico Artigue (Francia, 1826-Buenos Aires, 1871) fue un dibujante, pintor, litógrafo y daguerrotipista. La casa Pelvilain litografió varios de sus dibujos. Fue también profesor de dibujo y diseñó decoraciones efímeras para fiestas cívicas.
6 Beretta García, Ernesto, Imágenes para todos. La producción litográfica, la difusión de la estampa y sus vertientes temáticas en Montevideo durante el siglo XIX. Primera parte, del establecimiento del Estado.
7 Arturo Scarone, Diccionario de seudónimos del Uruguay, Montevideo, Claudio García y Cía. editores, 1942, entrada 127, “El Demócrata”, p. 101.