En 1833, el pintor francés Amadeo Gras (Amiens, 1805 - Gualeguaychú, Entre Ríos República Argentina, 1871), establecido entonces en Buenos Aires, fue convocado para realizar los retratos del primer presidente constitucional del Uruguay, Brigadier General Fructuoso Rivera y de su esposa, Bernardina Fragoso.
El retrato de Bernardina formaba par con el de su esposo, siendo el único de los dos originales de Gras que se conserva en el museo.
Siguiendo la tradición del retrato europeo la figura aparece al centro mientras que al fondo, el espacio en perspectiva se prolonga en un paisaje imaginario, donde asoma un sol con amplios rayos que recuerdan el astro presente en los emblemas nacionales.
Bernardina, quien mira al espectador, luce la moda de la década de 1830, vestido blanco con mangas abullonadas, cinturón con gran hebilla de forma rectangular, diversas joyas y un enorme peinetón de carey, accesorio característico de las damas porteñas y montevideanas en tiempos de realizarse el retrato.
Como referencia al espacio doméstico, figuran también una mesa, un jarrón con flores y un cortinado rojo, resaltando el hogar como imperio de lo femenino.
Un detalle que pasa desapercibido y requiere la observación atenta del espectador son las iniciales “B.F de R” (Bernardina Fragoso de Rivera), pintadas en azul, que pueden verse entre los bordados, junto al borde derecho del cinturón y que certifican su identidad.
Este retrato pintado por Gras fue tomado como modelo para la reproducción de la figura de Bernardina en litografías para consumo popular. Se conservan dos, una sobre papel, de autor anónimo, y otra sobre un pañuelo, cuyo par ostenta asimismo la figura de Fructuoso Rivera, también copiada del retrato de Gras.
Texto realizado por el Lic. Ernesto Beretta, Encargado del Departamento de restauración y conservación del Museo Histórico Nacional.