Grupo de soldados uruguayos (Departamento de Maldonado)
Augusto Ballerini, 1874
Dibujo a lápiz sobre papel, 18 x 27 cm
MHN, CAI 1972, dibujo Nº 8
Introducción
El Museo Histórico Nacional conserva en su pinacoteca un conjunto de obras de juventud del pintor argentino Augusto Ballerini (1857-1902) de destacada actuación en los círculos artísticos bonaerenses de la segunda mitad del siglo XIX. Entre ellas, una serie de veintiún dibujos a lápiz, algunos con pequeños toques de tinta, que proceden de una libreta de apuntes que el artista utilizó entre junio de 1873 y marzo de 1874, durante un viaje al Uruguay, con estadía de varios meses en Montevideo y Maldonado. En algún momento esta libreta fue desarmada y los distintos dibujos vendidos al museo en el año 1945.[1] No conocemos el número total de apuntes contenidos en el álbum originalmente, pero el desarticulado de este tipo de cuadernos fue habitual, como forma de comercializar los dibujos por separado o permitir su exhibición. Nosotros desaconsejamos esta práctica, ya que desvirtúa una modalidad de trabajo recurrente en los artistas de la época, perdiéndose muchas veces el orden de las páginas, y principalmente, facilitándose su dispersión. En la actualidad con la calidad de las reproducciones digitales, el desarmado ya no es justificable.
En estas obras tempranas, realizadas cuando contaba con apenas dieciséis años, es notoria la capacidad de observación de Ballerini para captar amplios espacios, su dominio de la perspectiva y las proporciones, junto a su interés por tipos populares, paisajes y escenas costumbristas. Parecería que su intención fue conservar recuerdos de una estadía que le resultó verdaderamente gratificante, en cuanto a las amistades que cultivó y las excursiones en las que participó. Años más tarde pintaría, durante una expedición al territorio misionero, una de sus telas más famosas, “Catarata de Iguazú”, conservada en el Museo de Bellas Artes, en Buenos Aires.
Como parte de su política de conservación, el Museo Histórico Nacional del Uruguay viene desarrollando una línea de trabajo sobre conjuntos cerrados de obras. Cada conjunto, en este caso las obras que posee de un artista, es analizado estableciendo los criterios específicos de intervención, se llevan a cabo tareas de inventario y de documentación e investigación de carácter histórico y artístico. Esta nota constituye un adelanto puntual y breve del trabajo sobre las obras de Ballerini, tomando como ejemplo uno de los dibujos de la serie. Próximamente, el estudio y el inventario completo serán publicados en la página web del museo.[2]
Estado de conservación de los dibujos
El estado del conjunto de dibujos a lápiz en general es bueno, presentando el proceso de envejecimiento natural, acidificación de los papeles, presencia leve de foxing y deterioro de los materiales de enmarcado, que datan de la década de 1940. Al ser aún perfectamente legibles, y considerando la política de mínima intervención, se optó solo por realizar una limpieza superficial del papel soporte mediante soplado de aire con pera de goma y pincel suave en seco. Se confeccionaron nuevos passepartouts tipo carpeta, lo cual protege las obras en caso de ser requerida su observación detallada por investigadores, evitando su manipulación. Los dibujos se sostuvieron a estos passepartouts mediante esquineros, sin pegarlos al cartón de fondo, siendo sencillo retirarlos de ser necesario, y evitando añadir materiales ajenos al papel soporte. En la medida que todos estos dibujos estaban enmarcados se prefirió dejarlos así, ya que los marcos, además de una inversión, constituyen a la vez un sistema de exhibición y de protección. El desarmado permitió también limpiar los vidrios, que presentaban hongos por la cara interna.
Proceso de confección de los nuevos passepartouts
Intervención de uno de los dibujos
Sin embargo, uno de los dibujos requería de una intervención más profunda debido al nivel de oscurecimiento que presentaba el papel soporte, lo que dificultaba notoriamente la legibilidad de la obra. Este oscurecimiento respondía tanto al material celulósico con el cual está confeccionado el papel, como al contacto durante muchos años con los materiales de enmarcado ya envejecidos y a la foto oxidación. A su vez, en algún momento se había aplicado blanqueador en zonas puntuales, con lo cual el oscurecimiento había sido diferencial, destacando algunas líneas gruesas de color blanquecino.
Una vez retirado del marco y confeccionado el nuevo passepartout carpeta, se procedió a analizar el tratamiento que debía realizarse al papel soporte del dibujo, de acuerdo a sus condiciones:
El papel debía ser bañado para devolverle flexibilidad, reducir el nivel de acidez y lograr una limpieza más profunda. Dado que el papel húmedo se debilita notoriamente, se trabajó colocando la hoja en una carpeta de material poroso sintético. Antes de proceder al baño se humectó el papel con aspersor para facilitar el proceso. Es de rigor realizar previamente un análisis visual exhaustivo de la pieza bajo lupa y pruebas de solubilidad de tintas. Al tratarse de un dibujo a lápiz no se corre este último riesgo.
El baño en batea y luego mediante aspersor en plano inclinado para permitir correr el agua y obtener una mayor limpieza ayudó a la eliminación de suciedad, devolvió flexibilidad al papel y permitió la recuperación del dibujo, que se volvió mucho más visible, apareciendo incluso inscripciones antes ilegibles que, aunque incompletas, identifican a los soldados y oficiales representados: “Soldados del piquete de […]e[…] buey y J. Cabrera”.
Proceso de baño del papel
Estos procedimientos se completaron con la incorporación de una reserva alcalina para que el papel demore en volver a acidificarse, y se mantenga en mejores condiciones por un tiempo más prolongado La comparación de las fotografías de la obra al iniciar el proceso y al finalizarlo dan cuenta de su recuperación, devolviéndole a la obra una característica fundamental, como es poder ser contemplada, es decir, ser legible en su totalidad.
Lic. Ernesto Beretta García.
Taller de investigación, conservación y restauración.
Casa de Ximénez-Museo Histórico Nacional.
[1] Los dibujos fueron ofrecidos al Museo Histórico Nacional del Uruguay, en noviembre de 1944, por Casa Pardo de Buenos Aires, ubicada en la calle Sarmiento 531, y dedicada a la comercialización de antigüedades, filatelia y numismática. Las compra se efectivizó a principios de 1945, ofreciendo luego la misma casa otro conjunto de dibujos, que también fueron adquiridos, todos ellos sobre asuntos locales.
[2] En esta línea de trabajo ya se ha publicado el inventario de la obra de un artista viajero, Frank Vincent, junto a un breve estudio, que puede verse http://www.museohistorico.gub.uy/innovaportal/v/127632/33/mecweb/conjunto-de-vistas-de-la-region-del-rio-de-la-plata-acuarelas-dibujos-a-lapiz-y-grabados-de-frank-vincent?contid=42669